GEORGIA, 2015
TÍTULO ORIGINAL: Landmine Goes Click
DIRECTOR: Levan Bakhia
PRODUCTOR: Levan Bakhia, Nika Apriashvil, Irakli Chikvaidze
GUIÓN: Levan Bakhia, Adrian Colussi
REPARTO: Sterling Knight, Spencer Locke, Kote Tolordava
DURACIÓN: 110 minutos
VALORACIÓN: 7/10
Estás tranquilamente de vacaciones con unos
amigos en un país extranjero castigado años atrás por una guerra civil, caminas
por un bello paraje cuando de repente oyes un click y sabes que has pisado una
mina antipersona ¿Qué puedes hacer?
El
argumento de Landmine Goes Click es
bastante claro. Vas de paseo un día cualquiera de tus vacaciones y sin saber muy
bien cómo terminas pisando por accidente una mina que podría matarte en
cuestión de segundos. Ante esta situación, el director Levan Bakhia nos plantea la constante pregunta de ¿qué haría yo en su lugar?, utilizándola
como eje principal alrededor de la que gira toda la historia y rotándola de un
personaje a otro durante sus 110 minutos.
Los
primeros minutos de película nos presentan a Chris, Alicia y Daniel, tres amigos que han ido de
vacaciones justo antes de la boda de dos ellos y en mitad de esta paradisíaca
escapada uno de ellos termina con el pie sobre una mina. En este escueto primer
tramo la cinta es algo raruna, me
explico: la manera en la que Chris
pisa accidentalmente la mina y las decisiones que se toman los minutos siguientes
me parecieron extrañas y algo forzadas en un primer momento, pero lejos de ser
un fallo de guion, en pocos minutos tenemos la respuesta de por qué las cosas
han ocurrido así, dejando claras la intenciones del director de mostrarnos
personajes algo más complejos de lo que parecían a primera vista.
Hablar de Landmine Goes Click sin spoilear nada es difícil, casi
imposible. Mucho menos cuando la primera sorpresa argumental ocurre cerca de
los 20 minutos de película (digo sorpresa porque para mi suerte, no había visto
ningún avance ni tráiler antes) pero voy a intentar no fastidiaros nada importante.
Dejando de lado el cómo y el por qué termina con un pie en la mina, la
situación a partir de ahí no hace más que complicarse para nuestros protagonistas, que si ya de por si es jodido
estar atrapado en mitad del monte sin poder moverte ni nada con lo que pedir
ayuda, se les unirá a la fiesta un invitado que no viene precisamente con
buenas intenciones y que será el detonante para que la cinta vaya cogiendo el
rumbo que realmente quiere, empezando un juego que de primeras es solo molesto,
pero que poco a poco va subiendo el nivel hasta llevarlo al límite con fatales
consecuencias.
Por si
fuera poco, una vez llegados a tal punto del desastre, la cinta toma otro
camino (todavía más hostil si cabe) que sin echar por tierra lo anterior, le da
el toque diferente para terminar de hacerla una de las películas más
angustiosas que he tenido el “placer” de ver. Sin necesidad de mostrar escenas
demasiado explicitas, mas allá de un par de momentos puntuales y necesarios, la
película de Bakhia me ha hecho
sufrir como hacía tiempo que no sufría. Esto en parte es gracias al buen hacer
del reparto: un versátil Sterling
Knight, una creíble y sufrida Spencer
Locke y un imponente Kote Tolordava que
es de lejos lo mejor de la función. Todos fluyen con naturalidad hacia el
desastre que propone el director.
No veremos
litros de sangre (como ya he dicho, solo la necesaria) pero me atrevo a decir
que pocos títulos tienen tal aura de violencia y desasosiego como este. Solo
por atreverse a contar la historia de la manera en que lo hace y por el juego
que plantea en sus dos partes, para mí ya merece un visionado como mínimo. Eso sí,
en mi caso, la sensación final de desesperanza al terminarla ha sido bastante
grande; no es una película para ver si no estáis finos de ánimos porque a la mínima
que os impliquéis en su juego, os tocara en mayor o menor medida.
Lo bueno: Aunque le cuesta una vez te atrapa no te suelta, el juego que nos propone y el estallido de todas esas acciones. Los actores en su mayoría están perfectos y es fácil conectar con ellos hasta cuando la situación es totalmente surrealista. Toca varios subgéneros y los resuelve con soltura sin que nada quede demasiado metido con calzador ni gratuito (cosa que hubiera sido fácil por los temas que toca) y puede presumir de contar con los 25 minutos finales más tensos que he vivido en mucho tiempo, hasta cuando me imaginaba por donde iban a tirar, seguía con los ojos clavados en la pantalla.
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