ESTADOS UNIDOS, 2015
TÍTULO ORIGINAL: Condemned
DIRECTOR: Eli Morgan Gesner
PRODUCTOR: Jack Heller, Jason Sokoloff
GUIÓN: Eli Morgan Gesner
REPARTO: Ruben Rubinstein, Dylan Penn, Kea Ho
DURACIÓN: 83 minutos
VALORACIÓN: 4/10
Harta de pelearse con sus padres, Maya su fuga
con su malavenido novio a un antiguo edificio abandonado en Manhattan. Sus
vecinos son drogadictos, delincuentes y degenerados... pero todo se vuelve aún
más peligroso cuando un virus que nace de los residuos nocivos del vecindario
combinados con basura infecta y contagia uno por uno a sus residentes.
Aprovechando
que en nada y casi sin que nadie se diera cuenta, tenemos un remake de Cabin Fever, vengo para hablaros de
otra propuesta que también utiliza la infección y la putrefacción de sus
personajes como principal reclamo. Condemned
(así se llama el fallido experimento) nos adentra en las entrañas de un antiguo
edifico semi-abandonado ocupado por personajes de lo más pintorescos que desde
el minuto uno se encargan de estamparnos en la cara el tono escatológico y
repugnante de la propuesta, con aciertos y fallos por el camino.
Guiados
por Maya, que acaba de huir de su mansión
en la playa para irse a vivir de okupa
con su novio y sus amigos. Subiremos y bajaremos una y otra vez las escaleras
de lo que parece un vertedero humano, donde drogadictos, transexuales, nazis
sodomitas y camellos viven en perfecta
armonía. Durante la primera parte la película es como un documental voyeur
donde nos colamos en las casas de todos los vecinos del bloque, viendo que
según avanzamos la cosa se vuelve más repulsiva y desesperanzadora, tirando más
por la comedia negra (negrísima) y el humor escatológico para dar
entretenimiento al espectador.
Esta
primer tramo puede echar atrás a más de uno ya que aparte de lo repugnante
(algunas escenas son de lo más desagradables, aun y cuando no han empezado las
infecciones) la historia no toca demasiado el terror ni el gore en un primer
momento, simplemente vemos el aquí y allá de un bloque de pisos en el que no
entraríamos jamás a no ser que nos apuntaran con un arma. Pese a las pegas no
se me hizo pesado en este tramo, el ritmo es bastante ágil e incluso llego a
sacarme alguna sonrisa cómplice, pero una vez aparecen los primeros síntomas de
alarma y los protagonistas empiezan a descomponerse y echar pus por todos sus
orificios la cosa, por desgracia, va directa al desastre.
Tras el
primer brote serio de la infección (digo serio por no decir cuando los inteligentes inquilinos descubren que
están muriendo) la poca coherencia que pudiera tener la propuesta va de capa
caída, moviendo a sus personajes sin ton ni son mientras se van pudriendo y
saltándose cualquier norma lógica existente. Esto tiene su parte divertida, es
imposible predecir nada de lo que va a ocurrir, y la locura y la violencia
campan a sus anchas por el edificio, pero llega un momento en el que mi cerebro
pedía a gritos que alguien me explicara que estaba pasando, y aunque al final
lo intentan con cierta gracia, para mí no fue suficiente.
Condemned es una cinta que pese a tener una
ambientación rocambolesca y perfecta para una historia de este estilo, se
pierde en su propia locura y no termina de saber que nos quiere contar. Pese a
su buen hacer con los efectos especiales (dan verdadero grima en más de una
ocasión) y un humor guarro que funciona por momentos, es lastrada por un mal desarrollo
que termina en un festival de sangre, gritos, locura y sobreactuaciones
(excepto la hija de Sean Penn, que
es lo más soso que he visto en mucho tiempo) sin mucho
más que ofrecer que una buena dosis de violencia y ataques de escalera.
Con que quedarse: algunos
puntos de humor bien puestos (aunque escatológicos, eso que quede claro) y el
lugar donde se desarrolla, que da bastante juego a una historia como esta más
allá del: grupo de jóvenes se juntan en
un lugar X. Sus efectos especiales al estilo artesanal y su notable falta
de vergüenza son puntos que la hacen destacar, la cinta de Gesner se atreve con todo y nos los escupe literalmente en la cara
sin importarle como nos vaya a sentar.
Mejor obviar: cualquier lógica o coherencia a partir de su segunda mitad. La mayoría de las actuaciones rozan entre la parodia y lo ridículo. Pese a ser bastante movidita, termina resultando agotadora por su mal desarrollo y llegados a cierto punto, todo nos da igual. Si crees que es tu estilo de cinta adelante, aburrirte no te aburrirás, pero mucho ojo con verla comiendo, que a mí nadie me aviso y la fiesta va a ser bastante sucia.
Mejor obviar: cualquier lógica o coherencia a partir de su segunda mitad. La mayoría de las actuaciones rozan entre la parodia y lo ridículo. Pese a ser bastante movidita, termina resultando agotadora por su mal desarrollo y llegados a cierto punto, todo nos da igual. Si crees que es tu estilo de cinta adelante, aburrirte no te aburrirás, pero mucho ojo con verla comiendo, que a mí nadie me aviso y la fiesta va a ser bastante sucia.
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