“Stênio hace las guardias nocturnas
en la morgue de una gran y violenta ciudad, un trabajo que puede
parecer muy solitario… no es así en su caso: él tiene el don de
comunicarse con los muertos. Cuando las confidencias que oye del más
allá revelen secretos de su propia vida, Stênio desencadenará una
maldición que puede poner en peligro a sus allegados.”
Morto Nao Fala, arranca de manera
interesante con la crítica social a la situación actual de Brasil a
través de las conversaciones de un trabajador de una morgue con los
cadáveres que le llegan.
Cuando el film muta a su parte de
terror pierde interés, y pese a ser bastante correcta esta parte
acaba desgastando por el abuso de los sonidos estridentes para
hacernos votar de los asientos.
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