IRLANDA, 2023
TÍTULO ORIGINAL: Oddity
MUERTE, MADERA Y MEDIUMS
¿Es un maniquí de madera más aterrador que un asesino suelto? En el universo de Oddity, la respuesta es un rotundo “probablemente sí”. La cinta del irlandés Damian Mc Carthy, que ya había inquietado a más de uno con Caveat, regresa con otra dosis de terror contenido, giros bien hilados y ese aire a pesadilla lúcida que tanto nos gusta en El Último Blog a la Izquierda.
La premisa parece sacada del manual clásico del thriller psicológico: una mujer es brutalmente asesinada en lo que parece ser un brote violento de un paciente mental. Hasta aquí, todo familiar. Pero cuando entra en escena la hermana de la víctima —una médium de carácter imperturbable— y trae consigo un inquietante maniquí de madera con más personalidad que varios personajes humanos, la cosa cambia de tono. Para mal o para bien, depende de qué tan cómodo te sientas cuando el terror viene en forma de silencio y planos fijos.
Lo que Oddity hace bien, lo hace muy bien: la atmósfera es densa, hay un aura constante de “algo no está bien”, y el misterio nunca se siente forzado. A diferencia de muchas películas del género, aquí los giros narrativos no son volantazos gratuitos, sino pequeñas piezas que encajan de forma bastante natural en el rompecabezas. Mc Carthy parece confiar más en la sugestión que en el susto fácil, y eso se agradece... aunque por momentos el ritmo se arrastra como si también fuera de madera.
No esperes grandes efectos especiales ni escenas memorables de terror visceral. Esto es horror minimalista, con un diseño sonoro bien trabajado y un guion que, si bien no reinventa la rueda, sabe mantenerte interesado hasta el cierre. Y sí, el final vale la pena.
En resumen, Oddity es una rareza bien lograda. No es una película para todos los paladares: puede resultar lenta, incluso árida, para quienes esperan un festín de jump scares. Pero si te gustan los horrores que se cocinan a fuego lento, con médiums estoicas y maniquíes que parecen saber demasiado... este es tu plato.
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