ESTADOS UNIDOS, 2023
TÍTULO ORIGINAL: Zero
DAKAR EXPLOTA
Jean Luc Herbulot lo ha vuelto a hacer. Si con Saloum ya nos dejó claro que el cine africano podía mezclar géneros con mucho estilo y coherencia, en ZERO pisa el acelerador y nos lanza de cabeza a una pesadilla de acción con bombas, sarcasmo y crítica social a quemarropa.
Dos turistas americanos despiertan en Dakar con explosivos adheridos al pecho y una simple instrucción: corre o vuela (en pedazos). A partir de ahí, Herbulot monta una montaña rusa de persecuciones urbanas, giros locos y tensión en modo countdown, con un cronómetro que no solo marca la cuenta atrás de las bombas, sino también de sus propios demonios personales.
Pero ojo, esto no es solo un thriller adrenalínico más. Aquí hay chicha. Bajo toda la pólvora, ZERO habla —y bastante claro— sobre el neocolonialismo, las desigualdades sistémicas y cómo el turismo en ciertos países no siempre es inocente ni bienvenido. Lo que en manos de otro director habría sido un panfleto moralista, Herbulot lo convierte en un juego de espejos donde nadie está completamente limpio y la crítica entra a cuchillo, pero con ritmo y estilo.
El montaje es nervioso, elegante y afilado, perfecto para la tensión constante que necesita la historia, y el dúo protagonista, aunque muy gringo y a ratos torpe (a propósito), consigue transmitir el pánico y la incredulidad de quien ha pasado de “brunch con vistas” a “escape room con explosivos”.
ZERO es un cóctel molotov bien agitado: acción, crítica y humor negro servidos a ritmo de persecución. No es perfecta, pero te mantiene pegado a la silla y te deja pensando más de lo que esperabas. Herbulot no está aquí para hacer películas “correctas”. Está aquí para sacudir el sistema, a base de estilo y dinamita.

No hay comentarios:
Publicar un comentario