ESTADOS UNIDOS, 2015
TÍTULO ORIGINAL: The House On Pine Street
DIRECTOR: Aaron Keeling, Austin Keeling
PRODUCTOR: Natalie Jones, Monique Thomas
GUIÓN: Aaron Keeling, Austin Keelingi
REPARTO: Emily Goss, Taylor Bottles, Cathy Barnett
DURACIÓN: 111 minutos
WEB: http://www.thehouseonpinestreet.com/IMDB: http://www.imdb.com/title/tt4085238/
VALORACIÓN: 6.5/10
TERROR DEL DE TODA LA VIDA
Jennifer una joven que lleva siete meses de embarazo, regresa a su ciudad natal en Kansas después de una crisis nerviosa inesperada. El hacer frente a sus miedos de la maternidad, una relación tensa con su marido y la presencia dominante de su propia madre, Jennifer lucha por recuperar el control de su vida. Pero cuando comienzan a suceder extraños fenómenos en su casa de alquiler, Jennifer empieza a temer que pueda ser acosada.
Tengo que reconocer que realmente nunca he sido demasiado
fan del subgénero de casas encantadas. Si es cierto que en la historia del cine
de terror se han dado títulos muy destacables y que, si sabe jugar bien sus
cartas y crear una buena atmosfera, no tengo problema alguno con él aunque no
termine de entusiasmarme. Lo malo es que en los últimos años la cantidad de
refritos con el mismo esquema y los mismos patrones han acabado saturándome y
haciendo que me aparte bastante de los títulos que entran dentro de esta
categoría, incluyendo sus clásicos golpes y subidas de volumen. Ni la
archiconocida saga Insidious de James Wan llegó a tirarme demasiado más
allá de entretenerme lo justo y no asustarme ni un poco, y eso solo en sus dos
primeras entregas, la tercera ni la he visto. Creo que la única que llego a
hacerme sentir algo y que entraría dentro de la categoría sería Expediente Warren (o The Conjuring, curiosamente del mismo
director) que aunque de nuevo usaba el patrón clásico y algo oxidado ya, aparte
de entretenida sí creo que supo sacarle provecho a la trama y al caso en que se
basaba la película y crear algún momento inquietante sin necesidad de subir el
volumen a todo trapo para dejarnos sordos. Todas estas reservas han servido
para que aun sin haberme maravillado, The
House On Pine Street sí me ha parecido una sorpresita muy agradable dentro
de sus limitaciones.
La película de los hermanos Keeling no inventa nada nuevo ni utiliza un esquema demasiado
diferente a las ya nombradas (familia o en este caso pareja que se muda a su
nueva casa huyendo de algún hecho traumático y allí empiezan a experimentar
extraños sucesos) pero aun y siguiendo el mismo patrón, creo que sabe aportar
la dosis justa de personalidad e ingenio para que, sin utilizar elementos demasiado
originales, la cinta termine siendo efectiva y atrapante mezclando
(acertadamente casi todo el rato) la paranoia, el miedo y lo paranormal.
El argumento nos presenta a una pareja, Jennifer y Luke, que
esperan su primer hijo y que después de un incidente terminan pasando de vivir
en Chicago a una casa en el pueblo natal de ella. Una vez allí como no podría
ser de otra forma, Jennifer empezará
a ver que hay algo raro en su nueva casa (de la que por cierto, está deseando
marcharse incluso antes de que empiecen a pasar cosas inexplicables) y
comenzara así un viaje que se debatirá entre la locura y la cordura para ver
que está pasando entre esas cuatro paredes. Como veis la trama es la misma de
siempre en este tipo de películas y el esquema a seguir también, entonces ¿que
tiene The House On Pine Street como
para que destaque por encima de las otras cientos de películas que salen de la
misma temática? En mi caso, ha habido dos puntos que la han hecho sobresalir
por encima del resto: saber crear una atmosfera agobiante y paranoica (incluso
a plena luz del día) y saber compaginar bien el drama y el terror en lo
referente al personaje de Jennifer,
siendo a través de ella que experimentamos todo lo que ocurre. Veremos todo a
través de sus ojos, por así decirlo, y dudaremos cuando ella lo hace llegando a
plantearnos varias dudas sobre que es real y que no y de esa manera no ser
simples espectadores de como ella es acosada por espíritus o si por el
contrario está poco a poco volviéndose loca.
Antes he dicho que uno de los motivos de que no me
entusiasme demasiado este subgénero es por el tema de que basan sus puntos
fuertes en alargadas escenas de “suspense” que luego rematan con el subidón de
volumen que, más que asustar, te destroza el tímpano ya estés en un cine o
tengas lo altavoces muy altos. Pues por suerte para todos los que odiéis esto
os puedo asegurar que en The House On
Pine Street esto no ocurre casi nunca, y digo casi porque si es cierto que
oiremos golpes y sonidos chirriantes pero nunca son el eje central de la escena
ni el elemento usado para dar miedo. Los hermanos Keeling prefieren ir tanteando poco a poco de un momento cotidiano a uno algo más
extraño sin necesidad de efectismos demasiado bruscos y basándose en los
sutiles movimientos de cámara o los momentos en los que habitualmente en otras
cintas de género no ocurriría nada (se utiliza mucho la luz del día a la hora
de asustar, casi más que la noche en sí) para intentar inquietar y, aunque no
siempre salgan bien parados, en la mayoría de casos este apartado funciona.
También les doy bastante merito a la hora de crear confusión
y paranoia haciéndonos dudar en varios momentos de si todo está en la mente de Jennifer o si realmente en la casa pasa
algo que nadie más que ella parece notar. Durante casi todo el visionado es
posible barajar varias opciones y las situaciones nos hacen saltar de una a
otra cada dos por tres, algo que me gustó bastante ya que no todo se reducía a
esperar el próximo sobresalto entre momentos aburridos sin interés y esto es gracias
al personaje de Jennifer y a la
estupenda, y versátil, interpretación de Emily
Goss. Es ella quien carga con todo el peso dramático de la película,
pasando por varias fases a lo largo de la historia y defendiendo bien la
papeleta en cada una de ellas, aportando así un interés añadido a la trama
incluso cuando el tema sobrenatural o los momentos inquietantes no están
presentes. Llegó un momento el que conecté con ella (a pesar de, en mi opinión,
no ser un personaje especialmente simpático) y si conseguís eso, el juego que
propone la cinta os llevará tan locos como a ella intentando saber que es real
y que no. El resto del reparto tampoco desentona aunque tienen menos minutos en
pantalla y como ya digo todo recae en Jennifer, pero ahí tenemos a su sufrido
marido, Taylor Bottles, a la molesta
de su madre, una irritante Cathy Barnett
o al curioso (e importante) personaje de Jim
Korinke.
Pero como no todo puede ser bueno, The House On Pine Street también tiene sus carencias y algún fallo
por ahí. Lo principal es que al huir de los efectismos facilones y mal
resueltos, la cinta tiene que tomarse su tiempo (cosa que no me parece mal)
pero que en este caso, uno va desenvolviendo el paquete tan despacio, y sacando
pinceladas de información de aquí y allá, que espera que el resultado sea algo
glorioso, y al final se queda en algo demasiado simple. Es uno de esos casos en
los que yo por lo menos, gracias a su desarrollo y a sus “pistas” auguraba algo
mucho mejor de lo realmente nos cuenta al final la película. No es que
desentone o no encaje, pero me supo a poco y además creo que no fue la forma
más correcta de cerrar la mezcla del tema de la locura con lo sobrenatural,
bien por mis expectativas mentales por culpa del planteamiento o bien porque
realmente no funciona, eso lo dejo a vuestra elección cuando lo veáis. Todo
terminó siendo algo confuso y alargado (esos fundidos a negro terminan sobrando
y dan sensación de que nunca termia del todo) y aunque tampoco suela
molestarme, en este caso tantas preguntas sin respuesta y el final tan abierto
me dejaron algo indiferente e inconscientemente, eso le baja algo de puntuación
a la película en general.
Destaco: Su
manera de inquietar y hasta asustar sin necesidad de recurrir a los manidos
trucos de siempre y que cuando lo hace sepa darle su toque personal para que no
quede todo en un susto más de los miles que ya conocemos. El personaje
interpretado por Emily Goss y su
evolución están muy bien narrados y sabe balancearse entre el drama y el terror
de forma acertada (como ya hiciera The
Babadook, por poner un ejemplo) y sin flaquear en ninguno de los dos. La
atmosfera que crea tiene un aroma clásico que lejos de parecer un refrito,
funciona.
Le sobra: Su duración puede parecer un poco excesiva para lo que al final se cuenta (15 minutos menos no le habrían venido mal) y hacia su último tercio el buen balance que he nombrado empieza a flojear por culpa de no saber muy bien por dónde tirar, alargando la película y quitándole el buen ritmo que llevaba hasta entonces. Sin llegar a estropearla del todo, sí que le hace perder calidad a un título que mejor resuelto habría sido uno de los más interesantes del año. Lástima que el cierre aunque no desentone del todo, no esté a la altura.
Le sobra: Su duración puede parecer un poco excesiva para lo que al final se cuenta (15 minutos menos no le habrían venido mal) y hacia su último tercio el buen balance que he nombrado empieza a flojear por culpa de no saber muy bien por dónde tirar, alargando la película y quitándole el buen ritmo que llevaba hasta entonces. Sin llegar a estropearla del todo, sí que le hace perder calidad a un título que mejor resuelto habría sido uno de los más interesantes del año. Lástima que el cierre aunque no desentone del todo, no esté a la altura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario