BELGICA, FRANCIA, 2024
TÍTULO ORIGINAL: La nuit se traîne
NOCHE SIN FIN
En el sórdido y mugriento universo de las óperas primas con ganas de comerse el mundo a dentelladas, Le Nuit Se Traîne aparece como ese thriller con acento francés, olor a metal oxidado y una ansiedad que no se quita ni con Lexatin. ¿La premisa? Un joven cerrajero —el tipo de protagonista que parece nacido para meterse en problemas— abre la puerta equivocada y enciende una mecha que va a arder durante una sola noche… pero de las largas, de las que parecen durar toda la vida.
Desde su escena inicial, la película deja claro que va a pisar el acelerador y no va a soltarlo. El director —que se estrena aquí con la delicadeza de un mazo— construye un relato que se siente como una persecución continua por callejones húmedos, edificios con secretos y coches que chillan al doblar esquinas. No hay descanso. Y no lo necesita.
El mayor logro de Le Nuit Se Traîne es entender cómo convertir una noche cualquiera en una pesadilla a tiempo real. No hay respiro. El protagonista corre, se esconde, sangra, abre puertas que no debería, se mete en líos que no entiende y sobrevive (por ahora) solo gracias a su ingenio y a una cantidad inverosímil de adrenalina. Es como si Run Lola Run se hubiera hecho con ganzúas en lugar de zapatillas.
La trama —aunque basada en una idea simple— está ejecutada con la precisión de una cerradura bien aceitada. Cada giro encaja, cada personaje secundario aporta, y el espectador, como el protagonista, no tiene tiempo para pensar: solo para aguantar el ritmo. No hay exposiciones pesadas ni diálogos grandilocuentes. Solo acción, urgencia y una cuenta atrás que parece no terminar nunca.
Visualmente, es puro noir moderno: neones, sombras largas, calles mojadas y una cámara que no te deja descansar ni un segundo. A ratos se siente como una pesadilla urbana con corazón de videojuego survival: cada esquina podría ser una trampa, cada minuto una nueva amenaza.
Ahora bien, ¿es perfecta? No. Hay momentos donde la tensión se confunde con ruido, y alguna que otra decisión del guion pide a gritos una revisión con más calma. Pero para ser una ópera prima, Le Nuit Se Traîne no solo cumple, sino que demuestra que aún se pueden hacer thrillers con alma, nervio y sin caer en el déjà vu de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario