ESTADOS UNIDOS, 2023
TÍTULO ORIGINAL: Strange Darling
EL CAZADOR CAZADO, ¿ O NO?
Hay películas que se presentan como un simple juego del gato y el ratón, pero Strange Darling decide prenderle fuego al tablero antes de que sepamos quién persigue a quién. Lo que comienza como un encuentro fatal entre un asesino en serie y su posible víctima se transforma, capítulo a capítulo (seis en total, narrados con una estructura no lineal), en un espejo roto que obliga al espectador a recomponer las piezas de una verdad siempre resbaladiza.
El film juega con nosotros sin piedad: nos coloca de un lado, luego del otro, nos arranca la alfombra bajo los pies y nos recuerda que los papeles de víctima y verdugo pueden ser intercambiables dependiendo del ángulo desde el que miremos. Esa es su mayor virtud: nunca sabemos del todo a quién debemos temer, ni a quién deberíamos tender la mano.
Más allá del artificio narrativo, lo que sorprende es la eficacia con la que la película mantiene la tensión y consigue que cada capítulo aporte un giro de tuerca que nos redibuja el mapa emocional. En un festival donde abundan los thrillers que se desinflan en su segundo acto, Strange Darling se erige como una de las grandes sorpresas, capaz de mantener el pulso firme hasta el final.
Oscura, retorcida y siempre un paso adelante de su público, la película no solo cumple como relato de suspense, sino que también funciona como un experimento sobre la percepción y los prejuicios que cargamos al enfrentarnos a un género tan codificado.
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