ESTADOS UNIDOS, 2016
TÍTULO ORIGINAL: The Greasy Strangler
DIRECTOR: Jim Hosking
PRODUCTOR: Daniel Noah, Elijah Wood, Ant Timpson
GUIÓN: Toby Harvard, Jim Hosking
REPARTO: Michael St. Michaels, Sky Elobar, Elizabeth De Razzo
DURACIÓN: 93 minutos
WEB: http://filmrise.com/greasy-strangler/IMDB: http://www.imdb.com/title/tt4381236/
VALORACIÓN: 5.5/10
BULLSHIT, BULLSHIT ARTIST
The Greasy Strangler
es una de esas rarezas que solo te puedes encontrar en las proyecciones que se
realizan en el prado y que si eres capaz de conectar con ellas las disfrutas
como un enano. En esta ocasión The
Greasy Strangler lo consigue a medias, ya que su disparatada y escatológica
propuesta consigue impactar y divertir en su inicio pero conforme avanza el
film se vuelve repetitiva hasta la saciedad y pierde ese punch inicial que nos había
dejado impactados y con la mandíbula desencajada.
Un padre y un hijo, a cuál de ellos más desagradables, se
dedican a realizar una guía turística de discotecas cuando conocen a Janet, una
joven no menos desagradable, por la que iniciaran una despiadada batalla para
hacerse con su amor. A todo esto la ciudad esta en alerta porque las muertes se
multiplican y se sospecha de un asesino en serio al que se le conoce por el
nombre de el estrangulador sangriento.
El film es una sucesión de escenas escabrosas, escatológicas
y desagradables; la grasa nos saldrá por las orejas, nos cansaremos de ver
pollas gigantes y micropenes, cuerpos imperfectos en todos los sentidos, gore
excesivo y caricaturesco, escenas que entran en un bucle interminable y música machacona.
Como hemos comentado anteriormente el inicio del film es impactante y consigue captar toda la atención del espectador con un par de gags memorables y su bizarra propuesta, el problema llega cuando se intenta alargar la gracia hasta 93 minutos haciéndolo de manera repetitiva y sustentándose solo en lo desagradable que pueden resultar sus escenas y personajes.
Como hemos comentado anteriormente el inicio del film es impactante y consigue captar toda la atención del espectador con un par de gags memorables y su bizarra propuesta, el problema llega cuando se intenta alargar la gracia hasta 93 minutos haciéndolo de manera repetitiva y sustentándose solo en lo desagradable que pueden resultar sus escenas y personajes.
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