VENEZUELA, 2013
TÍTULO ORIGINAL: La Casa del Fin de los Tiempos
DIRECTOR: Alejandro Hidalgo
PRODUCTOR: Alejandro Hidalgo
GUIÓN: Alejandro Hidalgo
GUIÓN: Alejandro Hidalgo
REPARTO: Ruddy Rodríguez, Rosmel Bustamante, Gonzalo Cubero
DURACIÓN: 101 minutos
VALORACIÓN: 7.25/10
Nunca hay que juzgar un producto por su envoltorio aunque
este sea menos atractivo que Falete en ropa interior, y es que para que
engañarnos, una película con un titulo con tan poco punch como La Casa del Fin de los Tiempos y de un país de procedencia tan poco habitual
en el cine de género como es Venezuela pues no consigue despertar demasiado interés
en el espectador así de primeras.
Estamos ante la que esta considera primera película de
suspense y terror venezolana (dato que
me gustaría que alguien me confirmara ya que me parece sorprendente que hasta
la fecha no se haya rodado nada de estos géneros) y que supone el debut tras
las cámaras de Alejandro Hidalgo,
que también se ha encargo del guion, la edición y la producción del film.
La Casa del Fin de los
Tiempos nos narra la historia de Dulce,
una mujer que es condenada a 30 años de prisión por el asesinato de su marido y
su hijo y que tras cumplir con la pena vuelve a la casa donde sucedieron los crímenes.
El film en sus primeros minutos esta repleto de tópicos y
todo apunta a que vamos a presenciar una copia más de película de casas encantadas
que nos asusta a base subidas de sonido y músicas histriónicas, pero si
conseguimos ser fuertes y no darle al stop de nuestro mando poco a poco iremos
descubriendo una sorprendente historia con un guion en el que encajan todas las
piezas de un complejo rompecabezas creado en diferentes líneas temporales.
Y es que una vez nos
adentramos en La Casa del Fin de los
Tiempos descubrimos que no todo es lo que parece y que los oscuros secretos
que oculta tras sus paredes no los vamos a descubrir si no somos capaces de
estar atentos a todas y cada una de las pistas y pequeños detalles que nos va
mostrando continuamente.
Como hemos mencionado anteriormente el aspecto más destacado
del film es la acertada utilización de las líneas temporales, entremezclando
pasado, presente y futuro, dotando a la película de una personalidad propia que
le permite desmarcarse de cualquier otra película de casas encantadas que
hayamos podido ver en los últimos años.
Las actuaciones, de la misma manera que le película, mejoran
con los minutos. Inicialmente se ven forzadas y sobreactuadas, pero conforme
avanza el film y nos vamos familiarizando con los personajes y con su acento de
telenovela se vuelven más solventes. El
papel protagonista recae sobre Ruddy Rodríguez,
actriz curtida en decenas de telenovelas y que da vida a Dulce en sus diferentes líneas temporales, creando un personaje
completamente distinto en cada una de ellas. Del resto del reparto destacan Rosmel Bustamante, Gonzalo Cubero y Guillermo
García.
La Casa del Fin de los
Tiempos es una película de bajo presupuesto, algo que se respira
continuamente durante su visionado pero que Alejandro Hidalgo ha sabido utilizar a su favor para crear una
atmósfera sencilla pero angustiante apoyada en el gran trabajo de fotografía realizado
por Cezary Jaworsky. Un aspecto que
no acaba de funcionar es el del maquillaje, no resulta nada creíble y parece
que estemos viendo una copia barata de los Jackass
disfrazados de abuelos.
En definitiva, estamos ante una excelente carta de presentación del cine de género Venezolano, un film que combina el terror con el suspense e hilvana una historia repleta de matices que hace que el espectador tenga que utilizar su mente para atar todos los cabos que nos van lanzando y que encajan perfectamente en un puzle que acabara sorprendiéndonos gratamente.
En definitiva, estamos ante una excelente carta de presentación del cine de género Venezolano, un film que combina el terror con el suspense e hilvana una historia repleta de matices que hace que el espectador tenga que utilizar su mente para atar todos los cabos que nos van lanzando y que encajan perfectamente en un puzle que acabara sorprendiéndonos gratamente.
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