REINO UNIDO, 2012
TÍTULO ORIGINAL: The Facility
DIRECTOR: Ian Clark
PRODUCTOR: Mat Wakeham, Megan Rubens
GUIÓN: Ian Clark
REPARTO: Aneurin Barnard, Alex Reid, Steve Evets
DURACIÓN: 75 minutos
VALORACIÓN: 4/10
The Facility es
un film de terror de bajo presupuesto que llega desde Reino Unido y supone el
debut a la dirección de Ian Clark.
La película trata un tema bastante recurrente en el mundo del cine durante los últimos
tiempos, la experimentación farmacéutica en seres humanos.
Siete voluntarios acuden a una clínica situada en medio de
la nada para ser conejillo de indias de una nueva droga que ha diseñado el
laboratorio farmacéutico ProSyntrex. El test consiste en estar durante catorce días
recluidos en esas instalaciones mientras se les suministran pequeñas dosis de un
producto llamado Pro9. Durante el tratamiento tienen prohibido salir al
exterior, realizar esfuerzo físico, beber alcohol y practicar sexo, y estarán en
todo momento vigilados por un equipo de médicos que controlaran su estado.
Durante los primeros minutos la película se encarga de
presentarnos a cada uno de los personajes, todos ellos bien definidos y con perfiles
fácilmente reconocibles, el problema es que pese al esfuerzo que se realiza por
crear unos estereotipos que nos resulten familiares en ningún momento consigue
que empatizemos con ninguno de ellos.
Al cabo de unas horas de suministrarles la primera dosis de
Pro9 comienzan a aparecer los efectos secundarios que se traducen en dolores
insufribles, salpullidos en la piel y lo que es peor una violencia incontrolada
hacia todo y hacia todos los que se encuentran a su alrededor.
Aquí debería de empezar lo bueno y The Facility convertirse en una película brutal y sanguinaria ya
que los mimbres están todos en su sitio bien colocados, pero no resulta así ya
que se opta por enfocar la trama en los que todavía no han sufrido los efectos
secundarios ofreciéndonos uno tras otro diálogos que no acaban de aportar nada
y hacen que poco a poco vayamos perdiendo el interés en la trama.
Muertes las hay, aunque suceden fuera de pantalla y nos
tenemos que conformar con ver cuerpos inertes rodeados de inmensos charcos de
sangre, esto puede ser debido a las limitaciones presupuestarias del film, pero
sin duda es un error que en una película donde la violencia de sus protagonistas
es el eje sobre el que gira todo no podamos verla explícitamente en la
pantalla.
El desenlace es de los peores que recuerdo en mucho tiempo,
un final abrupto que nos deja la sensación de que al guionista se le acabaron
las ideas o de que el dinero no llegaba para más y deciden cortarnos de golpe
la película y hacernos leer cuatro líneas en las que intentan explicar lo que
finalmente sucedió…chungo, chungo, chungo…
En definitiva The
Facility es una película simplona, que no consigue explotar una premisa con
mucho potencial y acaba cayendo en el ridículo con su brusco final, eso si la podéis
ver sin necesidad de prescripción médica ya que no os va a crear ningún tipo de
efecto secundario.
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