ESPAÑA, 2013
TÍTULO ORIGINAL: Los Últimos Días
DIRECTOR: David Pastor, Àlex Pastor
PRODUCTOR: Mercedes Gamero, Alberto Marini, Pedro Uriol
GUIÓN: David Pastor, Àlex Pastor
REPARTO: Quim Gutiérrez, José Coronado, Marta Etura
DURACIÓN: 100 minutos
VALORACIÓN: 4/10
Agorafobia: “se trata de un trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a los lugares donde
no se puede recibir ayuda, por temor a sufrir una crisis de pánico.
Un ataque de pánico o crisis de ansiedad consiste
en un cuadro clínico caracterizado por el aumento de la frecuencia y presión
sanguínea, la respiración agitada, sudor, sensación de ahogo, mareo, temblores
y despersonalización. De acuerdo con la etimología de la palabra, la agorafobia
está especialmente relacionada con el temor intenso a los espacios abiertos o
públicos en los que pueden presentarse aglomeraciones.”
Que un trastorno de carácter psicológico como la agorafobia se
transmita a modo de contagio como si de un virus se tratara resulta lo más
original (a la vez que absurdo) de Los
Últimos Días, el nuevo film de los hermanos Pastor tras su prometedor debut con Carriers.
Pero no nos engañemos, en un panorama cinematográfico sobrecargado
de superproducciones apocalípticas el motivo por el cual la gran mayoría nos
hemos animado a pagar nuestra entrada del cine para ver Los Últimos Días es la posibilidad que nos ofrece la película de
ver a nuestra querida Barcelona devastada y sumida en el caos, y más si eres
residente en la ciudad condal.
Este hecho lo pude comprobar en primera persona en la proyección a
la que asistí, ya que cada vez que salía un plano de la ciudad se escuchaba un “ohhhhh”
o un “mira, mira si yo vivo allí al lado”, que interrumpían los bostezos que
estaba causando la película, y es que aunque la trama se desarrolle en
Barcelona nos encontramos ante un film que reniega de ello y quiere ser yanqui,
y para ello ha cogido los peores clichés del cine estadounidense y los ha ido
metiendo con calzador a lo largo de la película.
Otro aspecto que la lastra es su pretensión de hacer reflexionar
al espectador sobre nuestras vidas aceleradas, sobre la individualidad del ser
humano o sobre nuestra relación con la naturaleza, el film a través del caos
pretende lanzarnos un mensaje de esperanza y redención que no consigue su propósito
en ningún momento.
En el apartado interpretativo el tour de force protagonizado por José Coronado y Quim Gutiérrez soporta muy bien el peso del film. Coronado da vida a un responsable de
recursos humanos sin escrúpulos que se ve forzado a compartir viaje por la red
de metro y alcantarillado de Barcelona con Marc
(Quim Fernández), uno de los
ingenieros de la empresa en la que trabaja y el cual está en su punto de mira.
El eje que mueve su viaje es la búsqueda de la novia de Marc, interpretada por Marta Etura en uno de los peores
papeles que le recuerdo últimamente, y a través de diversos flashbacks iremos
conociendo la relación que mantenía esta pareja y como se produjo el inicio del
apocalipsis.
La introducción de estos flashbacks comienza de forma acertada,
pero conforme va avanzando la película le hacen perder ritmo y la información que
ofrecen cada vez es más irrelevante, llegando a un punto en que todas las
piezas del puzzle ya están sobre la mesa y el film se convierte en algo tedioso
y previsible.
Y es que lo peor de Los Últimos Días es la debilidad de su guion,
incapaz de soportar y dar coherencia a un conjunto de ideas aceptables y de
arriesgar en los momentos adecuados para intentar ofrecer algo diferente a un
espectador saturado de finales del mundo y sociedades deshumanizadas.
Con todo esto y como hemos mencionado al principio el mayor
aliciente de la película es ver nuestra ciudad agonizando y disfrutar de unas
localizaciones que nos resultan muy familiares sumidas en el más terrible de
los caos. Destacable es la escena del trasbordo en la estación de Sants, que si
es algo que ya de por si resulta terrorífico a primera hora de la mañana imaginároslo
como base central de miles de personas en un apocalipsis. También tenemos
planos asoladores de Arc del Trionf, Francesc Macià, Villa Olimpica o Via
Laietana.
Para finalizar quiero comentar dos aspectos de la película que si
me han hecho reflexionar y a los cuales todavía no he encontrado respuesta: ¿Dónde
narices venden el GPS que utilizan durante la película y que no pierde la
cobertura ni en los túneles más profundos? , y en segundo lugar, está bien que Marc este locamente enamorado de su
mujer, pero si tu hijo tiene rasgos indios… ¿no te planteas que el niño no sea
tuyo?
que grande que hayais vuelto. Vuestras opiniones siempre consiguen alegrarme el día con ese humor tan particular que teneis.
ResponderEliminarPues vaya!!! Yo me muero de ganas por verla. He leído por otros lados que el guión es flojito pero como dices, el hecho de ver nuestra ciudad destruida da mucho morbo. Espero que me guste más que a tí y así poderte llevar la contraria porque tenías bastantes expectativas puestas en ella, ya que me gustó mucho la ópera prima de los hermanos Pastor y el trailer me parece muy adictivo. Ya te contaré. Esssspero verla en breve.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me llama bastante la atención pero iré con cuidado :)
ResponderEliminar¡Saludos!
Buenas Martita!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, nos encanta que disfrutéis con nuestras críticas y nuestra particular visión de las películas.
Un abrazo!
Buenas David!!
ResponderEliminarEl gran aliciente de la película es precisamente ver nuestra ciudad devastada, y reconocer cada uno de los rincones de la misma sumido en un terrible caos.
Después ya entra el apartado del guion, que para mí fue demasiado flojo y previsible, lleno de clichés de sobras conocidos y cuya única aportación interesante es el tipo de “enfermedad” de la que se contagia la humanidad.
Yo también espero que te guste más que a mi jaja
Un abrazo!!
Buenas Daniel!!
ResponderEliminarLa película no tiene malas críticas, pese que a mí no me acabo de convencer.., mírala bajo tu responsabilidad jaja
Un saludo
Hola!
ResponderEliminarPues a mi me pareció entretenida y punto. Recomendarla, no sé si lo haría.