JAPÓN, 2015
TÍTULO ORIGINAL: Gokudou Daisensou
DIRECTOR: Takashi Miike
PRODUCTOR: Yoshinori Chiba, Shinichiro Masuda, Shinjiro Nishimura
GUIÓN: Yoshitaka Yamaguchi
REPARTO: Hayato Ichihara, Yayan Ruhian, Rirî Furankî
DURACIÓN: 125 minutos
VALORACIÓN: 7/10
Joder a Takashi Miike
como se le va la olla… Yakuza Apocalypse
es una demencial obra de yakuzas, vampiros, fluidos cerebrales, sangre, kappas y
ranas karateka que no dejara a nadie indiferente.
La película es una fiesta de principio a fin, y si no te lo
tomas como tal seguro que sales decepcionado de la sala. Miike nos presenta una fusión de géneros, el film avanza locura
tras locura ofreciéndonos una amplia variedad del imaginario del director
japonés.
Una banda yakuza liderada por un vampiro lleva el control de
un pequeño pueblo japonés y vela por sus habitantes. Todo cambia cuando el
líder de la banda es asesinado y traspasa sus poderes vampíricos a uno de sus
secuaces. A partir de este momento comenzara una brutal batalla que desembocara
en una de las peleas más surrealistas que se recuerda en el cine. Y es que el
personaje de la rana coge un lugar privilegiado dentro de la filmografía de Miike.
Lucha de bandas, western, humor absurdo, mucha acción conforman
esta delirante obra que se ha convertido en una de nuestras favoritas del
festival.
BRASIL, CANADÁ, 2015
TÍTULO ORIGINAL: Zoom
DIRECTOR: Pedro Morelli
PRODUCTOR: Niv Fichman, Andrea Barata Ribeiro
GUIÓN: Matt Hansen
REPARTO: Gael García Bernal, Alison Pill
DURACIÓN: 98 minutos
VALORACIÓN: 2/10
Zoom es de esas
películas de relleno que colocas en un hueco libre durante el festival y de la
que puedes esperar que sea una grata sorpresa o un bodrio insufrible, por
desgracia en esta ocasión esta mucho más cercana a la segundo opción.
Y es que si a Zoom
le quitas su montaje y la forma en la que se entrelazan sus tres historias nos
quedamos con una película que avanza a ritmo de chistes malos sobre tetas y
pollas, algo que acaba resultando cansino y no apto para un festival de esta
categoría.
Tenemos a una chica que trabaja fabricando real dolls, se
hace un aumento de pechos y dedica su tiempo libre a escribir comics. Por otro
lado a un director de cine que quiere realizar una película intimista y que de
un día para otro su pene reduce su tamaño hasta convertirse en algo minúsculo.
Y por último a una modelo que quiere ser escritora de novelas y para ello viaja
a Brasil para encontrarse a ella misma. Tres historias sin nada de interés por
separado y que unidas tampoco consiguen salvar los muebles.
Zoom mezcla
imagen real con animación e intenta realizar un ejercicio fallido de
combinación de diferentes disciplinas artísticas.
JAPÓN, 2015
TÍTULO ORIGINAL: I Am a Hero
DIRECTOR: Shinsuke Sato
PRODUCTOR:
GUIÓN: Akiko Nogi
REPARTO: Yô Ôizumi, Kasumi Arimur
DURACIÓN: 126 minutos
VALORACIÓN: 7/10
I Am a Hero
realizaba su premiere mundial en Sitges y se ha convertido en una de las
sorpresas del festival y en una de las mejores películas de zombies de los
últimos años.
El film es una adaptación de un manga del mismo nombre
y nos presenta a un dibujante de manga
fracasado que se acaba convirtiendo en un héroe en medio de un apocalipsis
zombie. En su camino contará con la ayuda de una joven estudiante que se une a
sus pasos y con la que entablara una entrañable amistad.
I Am a Hero
arranca de manera muy acertada presentándonos a los personajes con mucho humor
e introduciéndonos poco a poco en la acción. Una vez comienza la infección y
tras huir de la ciudad el film sufre un pequeño bajón de ritmo que consigue recuperar
en su hiperbólico final que nos ofrece un baño de sangre y explosiones de
cabezas que se ha convertido en uno de los momentos más aplaudidos del festival
y convierte a la película en seria candidata a obtener el premio del público.
AUSTRALIA, 2015
TÍTULO ORIGINAL: The Pack
DIRECTOR: Nick Robertson
PRODUCTOR: Michael Robertson, Kent Smith
GUIÓN: Evan Randall Green
REPARTO: Jack Campbell, Anna-Lise Phillips
DURACIÓN: 90 minutos
VALORACIÓN: 1/10
The Pack tiene el
dudoso honor de ser la única película que ha conseguido ponerme de mal humor
este año, y es que habremos visto películas mejores o peores pero ninguna me ha
dado la sensación que se estaba riendo de mí tomándome el pelo y tratándome de
idiota como si que ha hecho esta producción australiana.
Cierto es que en ningún momento he conseguido entrar en la película,
y es que la opción de que un grupo de perros asalte una casa del tamaño de la
casa blanca no me ha parecido para nada creíble. Pero es que partiendo de esta
premisa nos encontramos ante unos personajes que toman las peores decisiones
posibles subestimando continuamente la inteligencia del espectador.
Que tenemos una pedazo de casa que te cagas y hay unos perros
merodeándola pues cogemos y abandonamos la casa que será lo más seguro. La casa
no es segura, pero encerrarte en un armario sí. Para ir al granero en lugar de
ir corriendo nos meteremos por un tubo e iremos agachados y a un ritmo más
lento por un conducto donde caben perfectamente los perros. Una gran idea es coger potes de orina e ir
derramándolos para marcar territorio… Y podría seguir enumerando todas las
gilipolleces que nos han hecho tragar durante los interminables 90 minutos que
dura, pero preferimos no recordarlos ya que me estoy cabreando otra vez…
CANADÁ, 2015
TÍTULO ORIGINAL: Endorphine
DIRECTOR: André Turpin
PRODUCTOR: Luc Déry, Kim McCraw
GUIÓN: André Turpin
REPARTO: Sophie Nélisse, Mylène Mackay, Lise Roy
DURACIÓN: 84 minutos
VALORACIÓN: 6.25/10
Endorphine es una
de las propuestas más arriesgadas de la sección oficial del festival ya que
estamos ante un film de desarrollo complejo que combina principios de física cuántica
y la teoría de los multiversos en una historia que se cuece a fuego lento y
donde se entremezcla lo real con lo onírico.
Endorphine nos
plantea un trauma infantil y sus consecuencias, lo hace presentándonos a tres
personajes distintos (o iguales) que confluyen en una misma línea temporal pero
en diferentes universos utilizando los sueños y el subconsciente como nexo común
entre ellos.
Tanto la idea como el desarrollo del film son notables, el
problema radica en que la historia que se cuenta no da tanto juego como para
cubrir todo el metraje y acaba dedicándose a dar vueltas sobre si misma para ir
añadiendo pequeños detalles que no cambian nada.
Endorphine también
es el tipo de películas que nos gusta ver en Sitges que te exige un mayor
esfuerzo para captar todos sus detalles y forman un puzle de múltiples interpretaciones.
ESTADOS UNIDOS, 2014
TÍTULO ORIGINAL: Cooties
DIRECTOR: Cary Murnion, Jonathan Milott
PRODUCTOR: Daniel Noah, Josh C. Waller, Elijah Wood
GUIÓN: Leigh Whannell, Ian Brennan
REPARTO: Elijah Wood, Rainn Wilson, Alison Pill
DURACIÓN: 88 minutos
VALORACIÓN: 5.5/10
Últimamente esta de moda crear versiones infantiles de todo,
es tan fácil como hacer el mismo formato que con los adultos y al final del título
añadirle un “kids”, “junior” o cualquier adjetivo que indique que los
protagonistas de la movida van a ser unos pequeños niños insoportables que van
de adultos. Esta moda a llegado al cine zombie, ya que en Cooties los infectados son los pequeños de la casa, unos niños sedientos
de sangre y con ganas de jugar con cualquiera de tus extremidades.
Cooties parecía
una película maldita ya que se esperaba su estreno para el año pasado y se iba
retrasando sin demasiadas explicaciones hasta que por fin la hemos podido ver
esta madrugada en la ya clásica maratón zombie.
El film comienza con unos créditos iniciales que te quitaran
las ganas de volver a comer nuggets de pollo e inmediatamente entra en acción;
los niños de una escuela se convierten en zombies tras ingerir nuggets en mal
estado y deciden llevar a cabo uno de sus mayores deseos, acabar con sus
profesores.
Cooties es una
divertida zombedy protagonizada por Elijah
Wood que explota todos los estereotipos de este tipo de producciones y
consigue sacarnos mas de una sonrisa con sus gags mas bestias y escatológicos.
El ritmo de la película es bueno, aunque en su parte central
llega a hacerse monótona ante la falta de acción y la forzada inclusión de una
historia romántica que no aporta nada.
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