Tras
un breve prólogo que resume varios meses de vida fugitiva del grupo de
supervivientes protagonista, la 3ª temporada de The Walking Dead arranca en un escenario muy diferente al de la
granja: una prisión. Ahora, se nos propone una nueva etapa donde se reinventa
la serie apostando por retornar a la fuente original, la novela gráfica de Robert Kirkman, dando entrada a algunos
de sus mejores personajes, a la vez que se incorporan referencias del subgénero
zombi de corte clásico, en especial las películas de George A. Romero como “Zombi”
(“Dawn of the Dead”, 1978) con su
centro comercial, “El día de los muertos”
(“Day of the Dead”, 1985), que se
desarrollaba en una base militar subterránea, o “La tierra de los muertos vivientes” (“Land of the Dead”, 2001). Pero además se ha dotado a esta nueva
temporada de un aumento considerable del dinamismo, los momentos de tensión y
la acción, poniendo punto y aparte a la excesivamente cargada de discurso y
relajada segunda temporada (por lo que fue rebautizada en Internet como “The Talking Farm”).
La
tercera temporada de The Walking Dead
evoluciona hacia una confrontación de modelos de supervivencia, de acciones paralelas.
Por un lado tenemos la odisea de Andrea
(Laurie Holden), salvada al final de
la segunda temporada por Michonne (Danai Gurira), una guerrera
afroamericana de pocas palabras armada con katana y acompañada de dos zombis
sin brazos ni mandíbulas a modo de esclavos, que protegerá a Andrea hasta topar con un grupo armado
de supervivientes entre los que se encuentra uno de los personajes de la
primera temporada, Merle Dixon (Michael Rooker). Ello nos llevará hasta
la comunidad de Woodbury, un pueblo fortificado y libre de caminantes capitaneado por el Gobernador, cuyos oscuros secretos se irán desvelando a lo largo de
la temporada. Los guiños a “La tierra de
los muertos vivientes” se extienden desde la propia comunidad con ecos
claramente del imperio capitalista de Dennis
Hooper hasta en momentos en los que vemos competiciones enfermizas de
luchadores contra caminantes.
Los
primeros ocho capítulos emitidos se dedican a plantear posibles temas y
presentar personajes que serán fundamentales en el resto de la temporada. Así
las consecuencias del reencuentro entre los hermanos Dixon, la reacción del Gobernador
ante la invasión armada de Woodbury, los secretos que guarda el personaje de Michonne o la actitud de los nuevos
personajes, como el de Tyrese (Chad L. Coleman).
Los primeros 8 capítulos de la tercera temporada me han resultado más interesantes que las dos temporadas anteriores, donde (a mi gusto) había un exceso de pasteleo y romanticismo variado. Si prometen una serie de zombies, que den zombis, no relaciones entre unos otros, remordimientos, amores en general... no, gracias.
ResponderEliminarEspero que siga así.
Saludos.
Coincido con Charly Hell, los primeros episodios de esta tercera temporada remontaron todo lo que se había perdido en una aburrida y pastelosa segunda temporada, lo malo es que cuando esta serie parece encuentra el norte se le cruzan los cables, o así lo ha demostrado en su retorno el otro día (¿qué narices fue eso?). Como siga así no sé quien va a ser capaz de seguir viéndola.
ResponderEliminarEsto ya va de todo menos de zombies.
PEDAZO DE CAMISETAS DE WALKING DEAD
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