ESTADOS UNIDOS, 2007
TÍTULO ORIGINAL: The Poughkeepsie Tapes
DIRECTOR: John Erick Dowdle
PRODUCTOR: Drew Dowdle
GUION: Drew Dowdle, John Erick Dowdle
REPARTO: Ben Messmer, Stacy Chbosky, Ivar Brogger
DURACIÓN: 86 minutos
WEB:
VALORACIÓN: 7.75/10
CUANDO LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN
Son muchos los falsos documentales que
nos llegan todos los años. Fantasmas, monstruos, infectados y hasta trolls han protagonizado este tipo de
films, comunes en el cine actual por su barato coste y sus altos ingresos, pero
pocos son los que encontramos que realmente valgan la pena; es decir que entretengan,
aprovechen bien el formato y si puede ser nos impacten. En esta ocasión, puedo
decir que The Poughkeepsie Tapes cumple
bastante bien.
Lo que más llama la atención es que el
film está narrado como si un documental de Crímenes
Imperfectos se tratara, nos hablan de un asesino en serie y de sus métodos intercalando
las imágenes de archivo de sus crímenes y secuestros con las de entrevistas y testimonios
de las personas relacionadas con el caso y sus víctimas.
Esto tiene un contrapunto y es que
aunque hace que todo parezca lo más real posible (si me dijeran que es un
documental sobre un asesino de verdad, podría creérmelo sin problemas) también
hace que el ritmo sea demasiado plano. Aunque no por eso es aburrido ni pesado,
es una de esas películas en las que las explicaciones, bastante explicitas, pueden
impactarnos mucho más que las imágenes de la acción en sí.
Es curioso, puedo decir que me gusto la
película y no mentiría, me entretuvo, me asusto en algún momento e incluso
podría decir que me dejo marca. Pero si me preguntáis si realmente disfrute la
película, no tendría muy clara la respuesta, a pesar de que entretiene nada de
lo que vemos es agradable, ni para las víctimas, ni para nosotros.
Sentimos el horror de esas personas, lo
vemos en sus caras y es que son pocas, por no decir una o dos, las muertes que
vemos en pantalla. Diciendo esto podréis pensar que será un film edulcorado a
causa de su bajo presupuesto, pero en mi opinión es lo mejor que tiene, la
insinuación y la total libertad que deja para que usemos nuestra imaginación.
Las pocas veces que sabemos
explícitamente lo que ha ocurrido es a través de explicaciones de los testigos,
nunca lo vemos directamente y eso provoca que podamos exagerar tanto como
nuestra cabeza lo permita, y en mi caso aunque no diré que terminara acojonado
perdido, sí termine con bastante mal cuerpo y menos uñas que al comenzar la
película.
Con esto de que apenas se ve nada, no quiero
decir que no tengamos secuencias duras para la retina. Sin recrearse en ello,
tiene escenas que sin ser explicitas resultan desagradables, donde seremos testigos
de asesinatos, maltratos, mutilaciones y torturas en las que no faltan
humillación y sumisión, esta ultima en dosis bastante altas. Pero recalco que
lo peor es lo que no se ve, como dice hacia el final de la película uno de los
personajes entrevistados justo después de describir algunas de las torturas: hay muchas más cosas pero son demasiado
horribles para nombrarlas en voz alta.
Por lo poco que la película nos deja ver y en
relación a todo lo que nos insinúa, podríamos decir que no exagera con su
declaración, pero como he dicho antes, advierto que todo esto queda para
nuestra imaginación, cada uno puede pensar lo que quiera.
Podría poner ejemplos de cómo la película sin
apenas mostrar consigue impactarnos, pero es bastante difícil sin hacer spoilers y es que a parte de las cintas de
los crímenes también iremos siguiendo la investigación para saber quién era
este hombre y que fue de él.
Con un par de giros de guion poco predecibles
y lo suficientemente creíbles, la película queda bastante redonda y sale bien
parada en lo que a falsos documentales se refiere.
En este momento, solo se me ocurre compararla
con Megan Is Missing (me dio el
mismo mal rollo y la narración es bastante parecida) aunque como es lógico aquí
no hay grabaciones en webcams, ya que los hechos están ambientados en la década
de los noventa, todo son cintas en VHS y
eso queda claro por la calidad de las mismas.
Y es que uno de los mayores defectos de la
película es la calidad de las propias cintas. En muchas de ellas apenas se ve
lo que está pasando, ni siquiera se distinguen si son a color o en blanco y
negro, incluso en varias escenas se nos pasara por la cabeza lo que era antes
ver el CANAL+ codificado, solo que
sin esos ruidos del audio difuminado de fondo.
También diré que juega mucho con las luces y la
poca visibilidad para acojonar (consiguiéndolo en dos escenas casi sin esfuerzo)
sin golpes de sonido ni movimientos de cámara tan rápidos como confusos, aquí
un solo plano fijo y una imagen del asesino son suficientes. Y es que ese tío
da miedo, no hay mas; la máscara, su voz, y sus apariciones; provocando que la
seguridad que nos transmite nuestro hogar ya no nos parezca tan segura.
La mayoría del reparto esta correcto, el
asesino asusta con solo su presencia y sino que se lo pregunten a Cheryl Dempsey quien hace un personaje real
y con actitudes creíbles, lo que nos provoca la angustia y empatía suficientes
como para que nos preocupemos por ella.
Terminando ya, puedo decir que vale la
pena echarle un vistazo, no se hace larga, entretiene y es de lo más creíble
que he visto dentro del género del found
footage, que sin necesidad de litros de sangre tiene tramos que se te quedarán
grabados un tiempo en la retina.